Bodegas Altanza, un maridaje enoturístico entre el Rioja y La Rioja

Los jardines que rodean este enclave a las puertas de Fuenmayor invitan a perderse por una de las bodegas de Rioja referentes en los vinos Reserva. El enoturismo en Bodegas Altanza ha adquirido niveles premium desde su despegue hace cuatro años para aterrizar ahora en una oferta selecta, en 'petit comité', con el exterior como el gran anfitrión.

«Queremos que se convierta en uno de los principales pilares de la bodega, a nivel social y económico. De ahí que se haya comenzado por la renovación, reinvención y ampliación de la oferta enoturística, el refuerzo del departamento, la potenciación de los canales de comunicación, la mejora del posicionamiento, así como las facilidades para la reserva y gestión del pago». Fabiola Muñoz es la responsable de llevar todas estas estrategias a buen puerto y tiene claro que lo que está por venir va a situar en lo más alto a los vinos de Altanza, la marca Rioja y la cultura que la rodea.

La bodega deja atrás un periplo de cierres y reaperturas bajo el paraguas de la inestabilidad sanitaria y la incertidumbre para afrontar una etapa donde el disfrute del vino pasa a un segundo plano. «Hemos hecho un cambio por completo. Queremos que el turista conozca el Rioja, pero también La Rioja desde todos sus vértices», remarca la responsable de Enoturismo. La filosofía que acompaña a Bodegas Altanza es diversificar la visita y sacar las actividades al entorno natural en una firme apuesta por la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental.

Un maridaje de la visita y las catas con otras opciones de entretenimiento para conocer el espacio que rodea la marca Rioja. «Queremos ofrecer lo que el visitante busca, hacerle sentir lo que es La Rioja y el Rioja, las vivencias y sensaciones de una tierra que ofrece mucho más que un vino excelente», explica Fabiola, «y lo vamos a hacer desde un enoturismo de calidad, no masivo, siendo nosotras las anfitrionas de la bodega, aportando un plus sea cual sea el perfil del turista».

Un recorrido por la sala de barricas, entre tinos y roble francés apilado, conduce al corazón de Bodegas Altanza. La joya de la corona, «una auténtica maravilla enoturística». El claustro ajardinado ha sido y es el escenario de la amplia carta de actividades que han protagonizado la primavera y que irrumpen «con los brazos abiertos» a partir de este verano.

«Desde yoga guiado en los jardines con desayuno saludable y posterior cata de vino y aceite, a la posibilidad de navegar desde Cenicero hasta Fuenmayor por la ribera del Ebro en kayak, para reponer fuerzas después en el claustro con vino y aperitivo riojano». Una oferta deportiva al aire libre que se complementa con paseos en bici por los viñedos para conocer de cerca el desarrollo de la materia prima de la que surge la amplia gama de botellas.

Fabiola destaca la experiencia sensorial «Sonidos en Altanza» en la que se mezcla el olor del vino y la madera de la sala de barricas con las frecuencias y vibraciones de los cuencos tibetanos para compartir sensaciones en el claustro, copa de vino en mano.

Toda esta revolución exterior tiene sus bases en el pionero evento «Todos pa´fuera», que un sábado al mes inunda la bodega de degustaciones, despliegues de copas para catar jóvenes, crianzas y reservas y, por su puesto, música. «En Altanza, cada fin de semana es una historia diferente y nosotros solo queremos contarlas y compartirlas».

Bodegas Altanza
Dirección: kilómetro 419,5 de la N-232 (Fuenmayor)
Teléfono: 941 45 08 60
Página web: www.altanza.com

FUENTE: Nuevecuatrouno

 

 

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